Raspachina

CRÉDITOS

Fotografía:

Tomás Méndez

“El Estado debería ser un poquito más consciente. Pero no, ellos nunca son conscientes. Ellos sólo se quieren llenar el bolsillo de ellos. Y al pobre ¡vea cómo le toca vivir! Pa ellos es malo, pero esta es la única forma de tener cualquier vida digna. Prefiere usted esto y no la mendicidad ¿no?” Cuenta la raspachina mientras arranca las hojas de los arbustos de coca que vende por arrobas en Mataje, Nariño.